Con propiedades destacadas, los ácidos grasos esenciales son aquellos necesarios para la vida y que el organismo no puede fabricar por su cuenta, estos son, los ácidos gammalinolénico y arachidónico (omega 3) y ácido gammalinoleico (omega 6). Hoy en día, las carencias de ácidos grasos esenciales son comunes debido a las dietas desequilibradas, pobres en grasas poliinsaturadas y ricas en grasas saturadas y colesterol. El omega 3 es un protector cardiovascular, ya que reduce los niveles de colesterol en sangre y disminuye la formación de trombos. También es un potente antiinflamatorio lo que ayuda a aliviar ciertas dolencias como migrañas, artritis y reuma. El omega 6, ácido linoleico, precursor de las prostaglandinas, sustancias con actividad similar al de las hormonas, dado que regulan muchas repuestas del organismo, como por ejemplo: frecuencia cardiaca, presión sanguínea, coagulación sanguínea, sistema reproductor, sistema inmunológico (controlan la liberación de glóbulos blancos). Desde un punto de vista hormonal, las prostaglandinas controlan la liberación de hormonas segregadas por la glándula pituitaria, el tiroides y la glándula adrenal. En el sistema nervioso, las prostaglandinas promueven la liberación y recepción de neurotransmisores, los mensajeros químicos del sistema nervioso. Diversos estudios indican que una carencia en un ácido graso esencial reduce la capacidad mental y el estado de alerta. Los síntomas más inmediatos son de cosquilleo en extremidades, visión empobrecida, sequedad cutánea, agotamiento físico. Las células de todo el cuerpo se ven peligrosamente afectadas, ya que, como hemos dicho, los ácidos grasos son fundamentales para el funcionamiento de las membranas celulares y, por tanto, necesarios para la vida. El omega 7 es muy beneficioso para la piel y las mucosas y tradicionalmente el aceite del espino amarillo se ha venido utilizando para paliar y mejorar los síntomas de ciertos trastornos de la piel y de la mucosa gástrica, oral, genitourinaria, entre otras así como, para mantener una correcta hidratación, nutrición y regeneración de estos tejidos. Estas funciones son debidas en parte a la fluidez que aporta a las membranas celulares y su intervención en la producción de colágeno que por otro lado se encuentra disminuido con la edad reduciéndose la elasticidad y la tersura de la piel. El omega 9, o ácido oleico, al contrario que los anteriores, es un ácido graso monoinsaturado y no es esencial. Sin embargo, un suplemento de omega 9 promueve una respuesta inflamatoria adecuada. Además, diversos estudios demuestran que el ácido oleico reduce los niveles de triglicéridos y aumenta los niveles de colesterol “bueno” (HDL).