Diseñado para mejorar la rutina de cuidado, el espino amarillo (Hippophae rhamnoides) es un arbusto que crece en China y en la costa Atlántica de Europa. La planta resiste condiciones adversas extremas desde una elevada altitud con una intensa radiación ultravioleta a temperaturas extremas por frío o calor o suelos desérticos. La situación de estrés climático a la que se ve sometido le ha permitido desarrollar un superior y extraordinario mecanismo de biodefensa a través de una composición que lo hace único y del que podemos obtener multitud de beneficios. El aceite se obtiene tanto de las bayas como de las semillas. Las semillas son muy ricas en ácidos grasos esenciales como el ácido linoleico (omega 6) y el ácido alfa - linolénico (omega 3) así como el ácido oléico (omega 9), aunque es del aceite obtenido del fruto del cual se extrae la fuente más importante de ácido palmitoleico también conocido como omega 7. El omega 7 es muy beneficioso para la piel y las mucosas y tradicionalmente el aceite del espino amarillo se ha venido utilizando para paliar y mejorar los síntomas de ciertos trastornos de la piel y de la mucosa gástrica, oral, genitourinaria, entre otras así como, para mantener una correcta hidratación, nutrición y regeneración de estos tejidos. Estas funciones son debidas en parte a la fluidez que aporta a las membranas celulares y su intervención en la producción de colágeno que por otro lado se encuentra disminuido con la edad reduciéndose la elasticidad y la tersura de la piel. Las semillas de Goji también son una fuente de ácidos grasos esenciales omega 3, omega 6 y omega 9, por lo que aportarán beneficios adicionales. De sobra es conocido el papel de los ácidos grasos omega 3 en la salud cardiovascular, o el papel de los omega 6 en la salud de la mujer por lo que es fundamental seguir una dieta equilibrada que aporte una cantidad adecuada de estos ácidos grasos en detrimento de aquellas grasas saturadas que resultan poco saludables.